Pedro Sánchez apenas puede pisar la calle sin recibir abucheos. Es rara la ocasión en la que, pese a ir acompañado de sus palmeros, no recibe algún pito o grito. Prueba de ello es su última visita a la Feria Nacional del Vino de Ciudad Real, donde los asistentes han protagonizado una sonora pitada contra él. Y es que, el Gobierno se ha mostrado en las últimas semanas partidario de retirar el vino y la cerveza de los menús en de bares y restaurantes.
Pero esta no es la primera vez, y probablemente no será la última, en que el presidente del Gobierno es recibido de esta manera. El pasado mes de febrero, varios agricultores y ganaderos de Don Benito (Badajoz) expresaron su profundo malestar contra las políticas del Ejecutivo y le recibieron al grito de «¡Pedro dimite, el pueblo no te admite!», «¡fuera, fuera!» o «¡sinvergüenza!». Muchos de ellos intentaron, incluso, atravesar el cordón policial que le protegía a él y a su mastodóntica comitiva.
Lo mismo le ocurrió en Mula (Murcia) en diciembre. Decenas de vecinos se desplazaron hasta el polígono industrial de la localidad para lanzar abucheos contra la gestión de Pedro Sánchez. «Sinvergüenza» o «ladrón», son algunos de los adjetivos que le dedicaron cuando visitaba una fábrica de cítricos. El líder del Ejecutivo planificó este acto para justificar un viaje en el Falcon a Murcia, donde participó en un mitin del PSOE.
Y en un acto tan significativo como el desfile del 12 de octubre también vivió la misma situación. De hecho, conocedor de que su presencia en este acto iba a estar marcada por las protestas, Sánchez retrasó su llegada 18 minutos para solaparse con el Rey Felipe VI, que sí fue muy aplaudido. Una oportuna falta de puntualidad que permitió al presidente del Gobierno capear el aluvión de abucheos que le dedica el público. Esta era su cuarta edición y, como era de esperar, la pitada fue monumental.
En un acto de Navalmoral de la Mata (Cáceres) el pasado mes de agosto, Sánchez intentó darse un baño de masas tras evitar explicar su polémica gestión de la crisis de Afganistán. Pero, pese al esfuerzo del PSOE extremeño desembarcando a la militancia, el presidente del Gobierno no se libró de las críticas. De hecho, los aplausos de algunos lugareños no impidieron que se escucharan los silbidos y abucheos.
Dos meses antes, en junio de 2021, Sánchez visitó la localidad madrileña de Alcalá de Henares y los allí presentes pusieron de manifiesto su enfado por la gestión del Gobierno socialcomunista. Su equipo intentó evitar las protestas perimetrando, incluso, el casco histórico. Todos sus esfuerzos fueron en vano porque, finalmente, tuvo que escuchar los gritos de los asistentes.
Días antes de su visita a Alcalá de Henares, Sánchez fue recibido en Granada al grito de «sinvergüenza» y «asqueroso», así como con sonoros abucheos y pitidos. El jefe del Ejecutivo viajaba para visitar los laboratorios farmacéuticos del Grupo Rovi, donde se fabricaba el principio activo de la vacuna de Moderna.
En su gira por España de los últimos meses, Sánchez ha sufrido en primera persona el malestar general que existe con su gestión, a pesar de la propaganda que realiza el dirigente socialista en sus eventos. Ya son varios puntos del territorio nacional donde se han dirigido estos abucheos al presidente del Gobierno.